Ha pasado tiempo porque caí en un estado de melancolía, que no quería transmitir.
Fue después de regresar de un viaje a Barcelona, donde pasé unos días fantásticos, disfrutando a capacidad de "mi" ciudad. Sin embargo, vi apagarse la vida de uno de mis pocos y mejores amigos, fruto de una larguísima relación de más de 40 años. A los pocos días de regresar a P.R., recibí la fatal noticia de su fallecimiento. Fue un duro golpe que aún estoy asimilando.
Pocas semanas después, recibí otro duro golpe moral por el salvaje atentado en Barcelona. En aquel momento no podía creer que fuese cierto. Todavía hoy, cuando lo pienso, me dan escalofríos.
A las pocas semanas, en septiembre, Puerto Rico fue sacudido por el paso de dos huracanes, Irma y María. Los efectos de María, fueron devastadores y que puso en foco las necesidades de mucha gente a las que sobreafectó. En aquellos días de oscuridad (literal) apareció, detrás del escenario donde se desarrollaba la obra aparentemente normal, la tramoya que puso en evidencia la cruda realidad. Para mí fueron días duros, por la propia situación ocasionada por el huracán y por ver la miseria humana de personas especuladoras acaparando artículos, gasolina, agua, etc., lucrándose a costa de las necesidades de la gente. Tristísimo ver la falta de escrúpulos, mientras por otro lado, se manifestaban innumerables muestras de solidaridad. También fue lamentable como se alteraba la verdad para enmascarar una realidad que, aunque conocida, no se tomó en consideración, desde mucho tiempo atrás, para prevenir la situación en fallas en servicios , infraestructuras, etc.que se produjeron.
Creo que el desastre sobrepasó al gobierno por su magnitud y por la falta de experiencia en estos fenómenos, lo que se manifestó por la deficiente logística, que además puso en evidencia a personas, mercaderes/especuladores con las necesidades, lucrándose…. porque allí donde se huele dinero, es como un pastel para las moscas.
Afortunadamente las cosas se han ido acomodando aunque falta mucho para volver a una cierta normalidad necesaria para empujar fuerte hacia adelante al país, pero sin olvidar que todavía hay situaciones de extrema necesidad que ya tendrían que haberse resuelto.
Pero como siempre, después de la oscuridad, aparece de nuevo la luz.
Un abrazo para todos/as.
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