viernes, 6 de marzo de 2015

SEGUIMOS OLVIDANDO....







Hace escasamente 4 meses escribí un “post” titulado “AFRICA NO OLVIDA” y me refería a la importancia que se le daba a la epidemia de ébola que había  hecho recordar a Africa por el hecho de que la enfermedad había afectado a varias personas de los continentes “civilizados”.   De ellas, desafortunadamente, varias fallecieron.


Estas muertes y sobre todo el peligro de que la enfermedad pudiera estar amenazando, puso en boca y conocimiento del peligro que representaba.
La enfermedad no había aparecido por arte de magia, la enfermedad convive con los africanos hace mucho tiempo, pero no es hasta que permea un temor, un riesgo inminente, que lo recordamos.

Han pasado 4 meses desde que el mundo, sobre todo Europa y América, tomaron precauciones extraordinarias para que la posibilidad de que la enfermedad pudiera propagarse, fuera la menor posible.

Se habló de Africa, no para tratar de ayudarla, sino para tratar de aislarla y evitar, en la medida de lo posible, el contagio.

Los medios de comunicación tuvieron tema  durante un buen número de días y  hasta perros fueron motivo de noticias destacadas. Se desataron polémicas acerca de los protocolos a utilizar, se utilizaron otros nuevos para
mejorar la efectividad y minimizar el riesgo y aún así, fallecieron algunos de los infectados, de los que quiero destacar y proclamar mi admiración y respeto, a varios voluntarios que por su actitud solidaria  y piadosa, fueron víctimas de la temible enfermedad.

Han pasado 4 meses y no se ha vuelto a hablar del ébola y no porque haya desaparecido, sino porque ahora  representa un mínimo o ningún peligro para nosotros. Pero la enfermedad sigue asentada en Africa y produciendo víctimas: más de 2,500 muertos y centenares de infectados que correrán la misma triste suerte…Pero este peligro  nos queda lejos, igual que las hambrunas, la mortalidad infantil, la desertización, la falta de escolarización, la falta de agua, de campos para sembradíos….igual que hace 4 meses, 1 año, 5 años…mucho tiempo y sin embargo muy poco o nada se ha hecho, salvo la actuación abnegada de unos pocos voluntarios solidarios y recibiendo una ayuda escasa de los gobiernos a los que parece no importarles la situación…eso sí, cuando existe la posibilidad de que el gas pueda dejar de llegar a nuestras casas para fines de calefacción y bajar nuestro nivel de confort, nos aterramos y si hay que declarar una guerra, se declara. Diferente actuación en uno u otro caso, sin considerar que en ambos son seres humanos, hijos del mismo Padre, los afectados.

Nos hemos olvidado de nuevo…hasta cuándo?

Un abrazo y hasta la próxima.