sábado, 21 de enero de 2017

SE FUE MI AMIGO

Se fue JOAQUIN (KIM), mi amigo, A.C.S.

Cuando me enteré, pareció que se abría un abismo a mis pies y mi pecho se vació, creándome un ahogo.

Estaba delicado y se sabía que estaba librando una dura batalla, pero cuando se produce una partida, siempre pilla a contrapié, por sorpresa y desprevenido.

Le conocía desde los 18 años, cuando me seleccionó para un puesto administrativo en una compañía financiera y allí empezamos una carrera paralela, en diferentes niveles, pero con los mismos objetivos. Impulsamos el crecimiento de un pequeño banco, se constituyó una compañía financiera, una pequeña promotora inmobiliaria y una corporación “trust”,  al otro lado del Atlántico, en Puerto Rico, lugar que él quería especialmente.

Han sido más de 50 años que han dado  espacio para muchas cosas y necesitaría gran cantidad de  páginas y tiempo para contarlas todas y probablemente, olvidaría un montón.

Durante este tiempo (más de lo que duran muchos matrimonios) se fue cimentando nuestra sólida amistad porque   había entre ambos el elemento imprescindible: confianza absoluta.

Con él, aprendías escuchando porque era persona con muchos conocimientos y así ocurrió conmigo.

Era un emprendedor, en momentos que tanta falta hacían en el país y analizada una idea de negocio, dejaba que fuera desarrollado, con control y supervisión, pero con absoluta libertad, por lo menos en mi caso particular.  Eso sí, siempre te recordaba que “los experimentos había que hacerlos con gaseosa”.

Ya podéis imaginar cuantos acontecimientos, situaciones y complicidades se habrán producido y aunque desde hace años que yo vivo en Puerto Rico, donde conocí a mi esposa (y hasta de esto es co-responsable), aun en la separación,  mantuvimos nuestra amistad, porque lo que podía afectarla, no era la distancia, era el olvido.  Nos veíamos y compartíamos cuando viajábamos   y manteníamos una relación escrita, no muy significativa porque creo que a ninguno de los dos nos encantaba escribir.

Tuve la suerte y Dios me dio la oportunidad, de  que en nuestro último viaje a Barcelona, hace escasamente un mes,  pude verle, compartir,   reírnos un rato con nuestras “batallitas” y darle el último abrazo.

Se fue mi amigo y espero que me haga un lugar allá donde esté, porque quedaron muchas cosas por hacer.

Fue un privilegio y un placer, gozar de su amistad.

Tarde o temprano, nos veremos.