domingo, 12 de enero de 2014
Y AHORA... QUE?
Han pasado ya 6 años desde que estoy parapléjico, en silla de ruedas y si habéis leído mis dos escritos anteriores, contaba porque y como se ha producido el cambio en mi vida.
Ahora estamos ante una nueva situación y con ella ó por ella, ha habido y habrá, necesariamente que adaptarse.
Hablo en plural, porque el cambio no sólo me afecta a mí, sino que mi entorno familiar, el más cercano, también tiene que adecuarse.
Necesito algunas ayudas que antes no precisaba y esto me hace dar cuenta de lo poca cosa que es uno, aunque tratemos de parecer (y hasta creernos), que somos indestructibles, inmortales, dueños de nuestro destino.
Las cosas, ocurren en un tris-tras, a veces rápido, en otras ocasiones toman tiempo, pero en el fondo casi siempre estamos a merced de cosas que no dependen exclusivamente de nosotros, de cosas que no podemos controlar absolutamente y por ello debemos, en la medida de lo posible, tratar de estar preparados y/o protegidos, de posibles situaciones inesperadas y que son capaces de obligar a cambios, a veces radicales, en nuestras vidas.
En mi caso, y por motivos que ya expliqué, mi capacidad de trabajo, de generar ingresos, fue reduciéndose y se tuvieron que hacer cambios drásticos, en el sistema de vida familiar y reducir gastos domésticos y otros, a todos los niveles.
En este tiempo, año 2007 y siguientes, además, se desató una crisis económica que afectó inicialmente al mercado inmobiliario (yo soy corredor de bienes raíces) y luego se trasladó al resto de la economía, lo cual contribuyó a empeorar nuestra situación económica.
El hecho de ser un profesional liberal, tiene ventajas e inconvenientes. En mi caso, y teniendo en cuenta que no hubo recuperación que me llevara de nuevo al trabajo, el fondo de reserva se agotó prontamente y no había capacidad de generar ingresos suficientes para afrontar los gastos, aunque ya se habían reducido sustancialmente.
Mi esposa tuvo que multiplicarse, y con esta capacidad de trabajo, de esfuerzo y sacrificio que tienen las mujeres, lo que parecía una situación insalvable, se pudo mantener.
Esta situación, que llegó a ser bien apremiante, produjo un estado de necesidad que duró más de dos años, pero afortunadamente, se pudo superar y durante este tiempo, pudimos darnos cuenta, de forma directa, que a nuestro alrededor había personas e instituciones, que sin estar directamente vinculadas a nosotros, nos tendieron la mano y contribuyeron a que la situación no llegara a sobrepasarnos.
Esta fue otra realidad que descubrimos ya que a veces, por la aceleración del día a día, no se llega a tener plena consciencia de que hay personas dispuestas a brindar su apoyo incondicional, a todos los niveles. Se convierten en el dique que impide que la corriente nos arrastre. NUNCA LO OLVIDAREMOS.
Hoy lo escribo tranquilo, hasta con una sonrisa, pero os aseguro que fueron momentos angustiosos, estos momentos que afortunadamente se producen pocas veces y que te impiden ver con claridad, razonar con fluidez y llevarte a una situación de desespero, de miedo.
En este tiempo, hemos ido aprendiendo a acomodarnos a esta nueva situación y gracias a Dios, seguimos adelante y como no hay mal que por bien no venga, la crisis que posteriormente se desató ferozmente, nos cogió bien entrenados.
Por experiencia os sugiero, que si tenéis una profesión liberal, que tiene ventajas, pero que si no se es previsor, tiene también inconvenientes (merma en los ingresos, limitación en atención y/o servicios médicos, etc.), penséis en la cobertura para situaciones de emergencia que se presenten y que desgraciadamente no se pueden preveer. Existen seguros para cubrir, eliminar ó reducir contingencias de todo tipo y que pueden ofrecer una seguridad, que en la mayoría de casos, no se tiene. No lo veáis como un gasto, sino como una inversión que puede libraros de situaciones inesperadas y catastróficas.
Ahora, estamos en otra película, adaptándonos a un nuevo guión. Ya no cabe pensar en la que ya finalizó; hay que desempeñar nuestro nuevo "papel" y tratar de conseguir una actuación, por lo menos satisfactoria, pero sobre todo tratando de disfrutarla al máximo, sabiendo que siempre habrán momentos de desfallecimiento, en los que trataremos de poner nuestro mejor semblante, pero buscaremos un momento íntimo,en algún rincón, para desahogarnos.
Así es la vida y lo importante es recordar que la felicidad no es una meta, sino que se va consiguiendo durante todo el recorrido.
Os iré contando en próximos "post", como es mi vida cotidiana en silla de ruedas y me gustaría conocer situaciones similares de alguno de vosotros, porque os aseguro que nos ENTENDEREMOS .....
AH....Y RECORDAD QUE EL SOL SALE TODOS LOS DIAS.
Hasta pronto amigos.
Fotógrafa: CAMILLE MARTI
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
me gustó
ResponderEliminarBuenas Dias:
ResponderEliminarFue un placer conocerte a ti y a tu hermosa familia, en la tarde de ayer, en el Paseo La Princesa. Silla motorizada se consigue en FreeRiderUSA, o ebay. Marca es Luggie. Estoy seguro que la disfrutaras. Para mi fue toda una bendicion. Me dio libertad e independencia.
Tu blog esta excelente. No olvides que tenemos un compromiso para disfrutar de tu experiencia culinaria. Patitas de Cerdo. Dejo a tu discrecion la fecha y hora.
Manuel E. Miranda Rivera memiran@onelinkpr.net